Preguntas frecuentes sobre las evaluaciones del desempeño
¿Qué son las evaluaciones de desempeño?
Las evaluaciones de desempeño son un proceso que las empresas utilizan para medir y analizar el rendimiento laboral de un empleado durante un período específico. Su objetivo es identificar fortalezas, áreas de mejora, ofrecer feedback constructivo y alinear los objetivos individuales con las metas estratégicas de la empresa.
¿Qué tipos de evaluaciones de desempeño existen?
Existen diversos tipos, desde la evaluación más tradicional del manager (evaluación 90°) hasta la más completa que incluye al manager, compañeros, reportes directos, el propio empleado (autoevaluación) y, en ocasiones, clientes o proveedores externos (evaluación 360º). Para elegir el método más adecuado para tu caso, es importante considerar la cultura de tu empresa y los objetivos de la evaluación. Los tipos más comunes son:
- Autoevaluación: El propio empleado reflexiona y valora su rendimiento, fortalezas y áreas de mejora. Fomenta la autoconciencia y la responsabilidad.
- Evaluación 90°: Es el modelo clásico donde el manager directo evalúa al empleado. Es directa y se centra en el cumplimiento de objetivos.
- Evaluación 180°: Incluye la valoración del manager y de compañeros de equipo. Ofrece una visión sobre la colaboración y el trabajo en equipo.
- Evaluación 360°: Es la más completa. Recopila feedback del manager, compañeros, subordinados y, en ocasiones, de clientes. Proporciona una perspectiva holística del impacto del empleado en toda la organización.
¿Cuándo debe realizarse la evaluación de desempeño?
La evaluación de desempeño no debe ser un evento aislado, sino un proceso continuo. Aunque las evaluaciones formales suelen programarse semestral o anualmente, te recomendamos complementarlas con check-ins regulares (trimestrales o mensuales). El momento ideal para las evaluaciones formales se alinea con los ciclos del negocio, como el final de un proyecto o a finales de año.
¿Cuántas evaluaciones de desempeño se recomiendan por año?
Te recomendamos realizar al menos una evaluación formal al año. Aunque la tendencia actual apunta a una mayor frecuencia. Un modelo efectivo incluye dos evaluaciones formales (semestrales) complementadas con check-ins trimestrales o mensuales. Esto permite un seguimiento más ágil, corrección de desviaciones y un apoyo constante al desarrollo del empleado.
Ten en cuenta que realizar una única evaluación anual puede generar que se de más peso a los eventos recientes y se dejen pasar oportunidades de mejora durante el año. En cambio, un enfoque semestral o trimestral formaliza el seguimiento y garantiza que tanto los logros como los desafíos se discutan de manera oportuna, creando una cultura de mejora continua y comunicación abierta.